Riesgos de la limpieza del hígado.

La limpieza de hígado en línea general se basa en una alimentación saludable, por tanto el riesgo de llevarla a cabo no gira en torno a lo que se consume en ella. Lo importante antes de comenzarla es asegurarse de contar con un organismo capaz de tolerar un cambio drástico en la alimentación.

Las personas en cuya alimentación abundan las grasas, los carbohidratos y por tanto la glucosa, van a sentir debilidad al eliminar por días de manera drástica este tipo de productos.

Las frituras y los aditivos químicos son sustancias que nunca estarán presentes en una limpieza de hígado, siendo así, no muchos son capaces de cumplirla de manera estricta.  Asimismo el alcohol y el tabaco son incompatibles con una limpieza de hígado, dado que se contraponen a la intención de eliminar toxinas del organismo.

Por otra parte no se recomienda someterse a una limpieza de hígado durante un estado catarral que curse con fiebre o durante afecciones agudas acompañadas de vómitos, náuseas o diarrea, menos aún en estados de embarazo, desnutrición, parasitosis severa o anemias.

Complicaciones en la limpieza del hígado.

Las complicaciones durante la limpieza de hígado están íntimamente relacionadas con la diarrea y la deshidratación, dado que el alto contenido de fibra así como la desintoxicación misma del organismo puede llevar a evacuaciones frecuentes con pérdida de electrolitos como el sodio, el potasio o el cloro.

Es por ello que se busca compensar estos electrolitos con el consumo de verduras como la zanahoria y la patata, así como también evitar la deshidratación con abundante agua.

Por otra parte, las carnes magras como el pollo, el pavo y el pescado ayudan a solidificar el impacto fecal, puesto que esta limpieza es básicamente una dieta blanda, disminuyendo la diarrea.

Una persona sometida a una limpieza de hígado puede sintomatizar:

• Debilidad.
• Dolor abdominal.
• Diarrea.
• Mareos.
• Vómitos.

Es normal que las personas acostumbradas al consumo de alimentos concentrados, pastas, carnes, mariscos, frituras… cuando inician un régimen alimenticio saludable son victimas de evacuaciones frecuentes.

La fibra de las verduras y hortalizas así como el aceite de oliva y los zumos de frutas depurativas y los jugos de aquellas con propiedades diuréticas y laxantes, inevitablemente llevarán a defecaciones continuas.

En consecuencia, puede padecerse de mareos y debilidad, con náuseas y vómitos y dado el efecto desintoxicante es lógico observar como a través de las glándulas sudoríparas y la piel se eliminan toxinas a través del sudor y de erupciones cutáneas semejantes al acné.

Qué hacer ante la diarrea que puede causar una limpieza de hígado.

Expulsar toxinas y cálculos a nivel biliar es lo que se busca con esta limpieza, de manera que antes de iniciar este régimen se debe estar consciente de que las evacuaciones frecuentes estará presentes como efecto secundario.

La manzana es uno de los alimentos presentes en esta dieta, no solo por sus características depurativas sino además por su valor nutricional y de tratamiento natural ante evacuaciones frecuentes.

Por otra parte, los baños calientes y compresas en el abdomen ayudan a calmar el dolor abdominal que suelen ir acompañados de malestar gastrointestinal. Los tés o las infusiones de anís, artemisa, llantén, manzanilla, tomillo, toronjil y valeriana son recomendados para atenuar la debilidad y nauseas que acompañan los efectos de la dieta hepática

Esta dieta no constituye un mayor riesgo siempre que se realice en casa, nunca en días laborales. Es lógico suponer que los niños, adolescentes, ancianos y embarazadas no son candidatos a este cambio drástico de alimentación. Es importante no requerir una limpieza de hígado, si se cambia poco a poco la forma de alimentarse creándose hábitos de alimentación más saludables y dejando para eventos especiales el consumo de productos elaborados y con aditivos químicos.